3.10.2010

Sueños puros.

Caaspêrrr, no se en cuanto tiempo me acostumbrare, sos un cuento de tapa blanda que se arruino con la arena en un verano lluvioso, un libro con miles de ediciones, pero sos el único arruinadito, gastado y mojado por las perdidas ocasionales de una gran tormenta en esta vieja y gastada carpa. De chiquita quería juntar tantas figuritas como para poder armar una escalera y llegar al techo, le hablaba a nubes pensando que arriba de ella estaba sentado un señor barbudo, y esperaba que me conteste pero nunca logre escuchar su voz. Cocinaba el pasto, y armaba casitas con ramas que encontraba en la base de una montaña que tiempo después conquiste. Escribí el nombre de mi gata con piedritas en el techo de mi casa, esperando que lo leyera y algún día vuelva pero nunca pasó, sigo teniendo la esperanza de que ella volvió y no nos encontró, me imagino que se puso triste y se volvió a ir a buscar a otra familia. Los pensamientos de la infancia son tan claros, tan soñadores, tan inocentes y sinceros... y si pensáramos así por siempre? y la cantidad de niños que pierden esa infancia a tan temprana edad para salir pelear con la sociedad y la realidad que hoy les toca?, o para pelear contra los escombros que mataron a sus padres?, para pelear con el hambre que hoy no los deja dormir?, para pelear con los brazos atados... Levántate y pelea. Sigo pensando que un día una goma mágica va a borrar todas esas cosas y les va a regalar su merecida infancia que alguien les quitó.

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